La creciente conciencia del impacto de la contaminación por plásticos en los ecosistemas y la salud humana ha impulsado esfuerzos para reducir el consumo de plástico. Una preocupación importante es la contaminación por plásticos en los océanos: las estimaciones actuales sugieren que 150 millones de toneladas de plástico residen en los entornos marinos, con 8 millones de toneladas añadidas anualmente. Sin intervención, el plástico podría superar en peso a los peces en los océanos para 2050. Para combatir esto, la UE exige que para 2025, los productos de plástico contengan al menos un 25% de contenido PCR. Tales políticas están impulsando a las marcas a adoptar materiales PCR, no solo para cumplir con las regulaciones, sino también para demostrar responsabilidad ambiental. El uso de plástico PCR reduce los residuos, conserva los recursos, disminuye la dependencia de los combustibles fósiles vírgenes y apoya una economía circular.