El plástico PCR (Reciclado Post-Consumo) se recupera de productos de usuario final como botellas de agua, envases de alimentos, productos electrónicos y CDs. Estos materiales se someten a recolección, clasificación, limpieza y reprocesamiento para convertirse en gránulos reutilizables. En contraste, el plástico PIR (Reciclado Post-Industrial) proviene de desechos de fabricación, incluyendo sistemas de canalización, productos de baja calidad y residuos de producción, que se reciclan directamente en la fábrica. El PIR es generalmente más fácil de procesar debido a su composición conocida y mínima contaminación. Si bien ambos apoyan la sostenibilidad, el PCR aborda el desafío más grande de los residuos de consumo, mientras que el PIR optimiza la eficiencia de los recursos industriales.